El progreso de la humanidad, en lento ascenso, necesita transformar a la naturaleza y a la sociedad eliminando la violenta apropiación animal de unos seres humanos por otros. Cuando esto ocurra, se pasará de la prehistoria a una plena historia humana.
El cine nos está permitiendo asistir a un gradual pero significativo cambio de mirada respecto de los “otros” y de nosotros mismos : Hace 40 años las películas de ciencia ficción mostraban a gloriosos ejércitos humanos defendiéndose de la invasión extraterrestre. Hace 30 años eran extraterrestres de apariencia grotesca varados en algún paraje urbano o rural, sin acceso temporalmente a la tecnología necesaria para regresar a su planeta de origen. Hace 20 años las cámaras se desplazaron a los confines de la galaxia y nos mostraron que no somos la única especie civilizada en el universo, y que era completamente viable la posibilidad de alianzas con los alienígenas. Hace 10 años ya eran ellos los que nos invitaban sutilmente a conocerles…Ahora la magia del cine –y el talento sensible de Camerón – nos muestran como el modelo utilitarista belicista es incapaz de aceptar, comprender y convivir con sociedades que practican otros sistemas de valores menos individualistas y menos materialistas.